He sido caprichoso, excéntrico, egocéntrico, medio céntrico y
defensa. Fui inútil y útil, temerario, imprudente, irreflexivo, precipitado,
alocado, insensato e irreverente. Me combiné en vaso mezclador hasta el borde de la olla, todo
esto se mezcló con en una especie de cocktelera indefinible e irrepetible. Salí
y entré como si entrase y saliese de mi casa, en lugares inconfesables e
irrepetibles, no supe muchas veces ni dónde ni cómo, pero sé que así fue y no
lo voy a borrar, ¿para qué? No reniego de lo hecho. Ahora me toca contar
batallitas y relatar hechos que nadie creerá y que a nadie se le ocurrirá
comprobar. Por eso me permito fabular con la vedad, porque si fue así por qué
lo voy a cambiar. El pudor ni me inhibe ni me coapta, ni me avergüenza ni estorba
en mis recuerdos, que muchas veces me abruman y otras me embriagan hasta doler.
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